La educacación alimentaria es un proceso destinado a la adquisición de los conocimientos, actitudes y herramientas necesarias para seguir una dieta saludable y adecuada a las características personales de cada individuo: gustos, costumbres, familia, trabajo, tiempo y habilidades para la cocina, poder adquisitivo, vida familiar y social, deporte, etc.

Para llevar a cabo la educación alimentaria, por un lado, se ofrece al paciente un dosier dietético y otros recursos que tratan aspectos básicos sobre dietética y nutrición. Estos recursos a disposición del paciente están adaptados a características como: población poco activa, personas deportistas, población vegetariana y mini-guías adaptadas adaptadas a diversas enfermedades. Además, se ofrecen otras herramientas orientadas a trabajar la alimentación consciente y el autocontrol dietético.

Por otro lado, en las consultas se explican y trabajan todos los contenidos de los recursos aportados, así como otras cuestiones que susciten la duda o interés particular del paciente, de modo que se asegure la comprensión adecuada de los conocimientos y prácticas.

El objetivo final de la educación alimentaria es la autogestión dietética del paciente, considerando tanto la aptitud, como la actitud frente a la alimentación, para la mejora de la salud y prevención de la enfermedad.

Orientada al tratamiento dietético-nutricional de enfermedades para mejorar el pronóstico del paciente. Además del tratamiento de patologías afectadas de manera directa por la alimentación, se extiende a los pacintes que pueden mejorar su salud y calidad de vida por mecanismos indirectos y la mejora de la salud general.

Para lograr los objetivos se emplea un sistema de prescripción dietética mixto: sistema de intercambios (permite hacer o modificar los menus mediante una serie de pautas) + dieta cerrada con menús diarios calibrados (sistema tradicional).

Así mismo, la educación alimentaria es un objetivo principal para que el paciente logre autonomía para gestionar su alimentación de forma saludable y acorde a su situación clínica.

La actividad física y la práctica deportiva promueven una serie de adaptaciones anatómicas y fisiológicas que requieren la adpatación dietética para cubrir el aumento y los cambios en los requerimientos energéticos y nutricionales. Una buena planificación dietética es elemental para conservar la salud del deportista, favorecer las adaptaciones al ejercicio, mejorar el rendimiento deportivo, optimizar la composición corporal y promover un estilo de vida saludable.

Cada atleta, modalidad deportiva y momento o fase de la temporada competitiva debe ser considerado individual y adecuadamente para establecer unos objetivos, estrategias y métodos adecuados a cada situación, que favorezcan la mejora del rendimiento deportivo y la conservación de la salud del atleta.

A lo largo de la vida, los requerimientos nutricionales, la funcionalidad digestiva, las preferencias alimentarias y los riesgos nutricionales cambian debido a factores fisiológicos, psicológicos, sociales, culturales y económicos.

La relevancia de la lactancia materna en el bebe lactante, la seguridad alimentaria y la adquisición de hábitos saludables en la infancia, la psiconutrición en la adolescencia, el aumento de requerimientos y la seguridad alimentaria durante la gestación y la lactancia o el valor social y familiar de la comida en la edad avanzada son algunos ejemplos del carácter holístico de la dietética y la nutrición para lograr una alimentación plena, segura, saludable y satisfactoria durante todas las etapas de la vida.

De este modo, la nutrición adaptada al ciclo vital es aquella que trata abordar la alimentación con una visión global, teniendo en cuenta todos los factores fisiológicos, psicológicos, socio-culturales y económicos característicos de cada individuo en la etapa del ciclo vital en el que se encuentre: lactancia, niñez, juventud y adolescencia, edad adulta (incluyendo la gestación, lactancia y climaterio) y ancianidad.

Las dietas vegetarianas suscitan cada vez mayor interés y aceptación entre la población general debido a la concienciación sobre el impacto de la dieta humana en la sostenibilidad medioambiental y la preocupación por el bienestar y los derechos animales.

Según la American Dietetic Association "Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para las personas durante todas las etapas del ciclo de vida".

Sin embargo, no se debe obviar que la exclusión de alimentos de origen animal incrementa el riesgo de sufrir carencias nutricionales. No obstante, con conocimientos y una planificación dietética adecuada puede realizarse una dieta completa y saludable. A este respecto es importante resaltar que la suplementación con vitamina B12 es necesaria en toda la población vegetariana, incluso en los ovolactosvegetarianos.